EL ARTE DE LA COCINA JUSTA
Lima
Ohsawa y Shizuko Yamamoto
Seguir
la vía de la naturaleza
Los métodos modernos de cultura, de fabricación, de preservación y de distribución de los alimentos han reducido nuestra conciencia acerca de la importancia del consumo de alimentos de temporada y nuestros lazos con la tierra y el agua de nuestro entorno. Refinar un alimento significa quitarle sus elementos nutritivos esenciales: para reacondicionarlo, se le añaden productos químicos para preservar su vida (pero no necesariamente la nuestra), se rellena de colorantes para hacerlo atractivo a la vista. Podemos servir tomates y pepinos para las reuniones sociales o en las fiestas a pesar del hecho de que son alimentos de verano propios de los climas templados ya que han sido traídos de América, o sea han crecido con medios artificiales.
Jamás dejo de asombrarme delante de las numerosas personas que practican "la vuelta a la naturaleza" yendo de excursión a montañas y bosques, y que llevan en sus bolsas de pic-nic sólo verduras y carnes congeladas y caramelos de chocolate. Para preservar la salud y la felicidad, y para vivir en armonía verdadera con el entorno natural hay que evitar los alimentos industrializados, los productos a base de harina refinada y el azúcar refinado. Estos alimentos desnaturalizados fuerzan y agotan los recursos del cuerpo en su esfuerzo para mantener un equilibrio alcalino en la sangre y ajustarlo a nuestras necesidades reales. Por regla general, absteneos de yin y yang extremos: azúcar refinado, productos químicos artificiales y medicinas de un lado, y carne del otro lado. Es verdad que tomados juntos se equilibran, pero esto no es ni ideal ni sano. Si estáis apegados a estos alimentos, dejad el café que únicamente actúa como estimulante y no tiene ningún valor nutritivo y evitad los tés comerciales que contienen colorantes químicos que pueden ser cancerígenos. Si viviérais en la ciudad o en el campo, estaríais asombrados de la rapidez y espontaneidad con que vuestro espíritu y vuestro cuerpo se recuperarían siguiendo los ciclos de la naturaleza simplemente alimentándole con alimentos regionales, completos, escogidos y preparados macrobióticamente.
Nuestro cuerpo y cada una de nuestras células cambian en cada temporada, cada día y hasta en cada momento. Nuestras necesidades nutritivas cambian con él. Variad vuestra alimentación en cada comida según vuestras necesidades. No seas rígidos en vuestro modos cocinar y comer; complaceos en la vida y sed creativos. Sed libres para ser vosotros mismos en armonía con la justicia de la naturaleza.
Lima Ohsawa.
Los métodos modernos de cultura, de fabricación, de preservación y de distribución de los alimentos han reducido nuestra conciencia acerca de la importancia del consumo de alimentos de temporada y nuestros lazos con la tierra y el agua de nuestro entorno. Refinar un alimento significa quitarle sus elementos nutritivos esenciales: para reacondicionarlo, se le añaden productos químicos para preservar su vida (pero no necesariamente la nuestra), se rellena de colorantes para hacerlo atractivo a la vista. Podemos servir tomates y pepinos para las reuniones sociales o en las fiestas a pesar del hecho de que son alimentos de verano propios de los climas templados ya que han sido traídos de América, o sea han crecido con medios artificiales.
Jamás dejo de asombrarme delante de las numerosas personas que practican "la vuelta a la naturaleza" yendo de excursión a montañas y bosques, y que llevan en sus bolsas de pic-nic sólo verduras y carnes congeladas y caramelos de chocolate. Para preservar la salud y la felicidad, y para vivir en armonía verdadera con el entorno natural hay que evitar los alimentos industrializados, los productos a base de harina refinada y el azúcar refinado. Estos alimentos desnaturalizados fuerzan y agotan los recursos del cuerpo en su esfuerzo para mantener un equilibrio alcalino en la sangre y ajustarlo a nuestras necesidades reales. Por regla general, absteneos de yin y yang extremos: azúcar refinado, productos químicos artificiales y medicinas de un lado, y carne del otro lado. Es verdad que tomados juntos se equilibran, pero esto no es ni ideal ni sano. Si estáis apegados a estos alimentos, dejad el café que únicamente actúa como estimulante y no tiene ningún valor nutritivo y evitad los tés comerciales que contienen colorantes químicos que pueden ser cancerígenos. Si viviérais en la ciudad o en el campo, estaríais asombrados de la rapidez y espontaneidad con que vuestro espíritu y vuestro cuerpo se recuperarían siguiendo los ciclos de la naturaleza simplemente alimentándole con alimentos regionales, completos, escogidos y preparados macrobióticamente.
Nuestro cuerpo y cada una de nuestras células cambian en cada temporada, cada día y hasta en cada momento. Nuestras necesidades nutritivas cambian con él. Variad vuestra alimentación en cada comida según vuestras necesidades. No seas rígidos en vuestro modos cocinar y comer; complaceos en la vida y sed creativos. Sed libres para ser vosotros mismos en armonía con la justicia de la naturaleza.
Lima Ohsawa.
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