PLAN ASESINO JUDIO CONTRA LA HUMANIDAD NO JUDIA – (LIBRO PDF) JULIUS STREICHER
Aunque dicho libro ya fue mentado en un artículo anterior poco fue lo referido sobre éste y sus datos que, aunque “escuetos”, no dejan de ser a la vez tan contundentes, como reveladores y desgarradores. En poco mas de 50 páginas rescata y nos expone un resumen de numerosos casos tratados por el “Der Stürmer“, un periódico semanal editado en Alemania (desde 1923 hasta el final de la guerra en 1945, cerrado en varias ocasiones), dirigido por Julius Streicher (1885-1946) y que fue una víctima del Rito de Sangre Talmúdico conocido como los Juicios de Núremberg. Con este artículo Todo Está Relacionado espera no tener que volver a tratar dichos temas tan a menudo.
Lo expuesto a continuación es uno de los casos:
TORTURA Y MUERTE DE FEODOR JEMELJANOV
El 22 de abril de 1823, un sábado de Pascua, Feodor Jamejianov de Welisch (Rusia), hijo de dos años y medio de un soldado, desapareció sin dejar rastros. Su cuerpo fue encontrado una semana después en los alrededores del pueblo en tal condición que no dio lugar a dudas sobre la existencia de un crimen ritual, de haber sido torturado hasta morir por los judíos. El cuerpo estaba totalmente cubierto de abrasiones, como si hubiese sido raspado con algo muy áspero. Las uñas hablan sido arrancadas, y todo el cuerpo mostraba pequeñas heridas como hechas con agujas. La sufusión de sangre en los pies indicaba que lo habían atado fuertemente bajo las rodillas. La nariz y los labios estaban apretados por fuertes vendajes y finalmente, había sido realizada la circuncisión judía (¡!). El médico declaró bajo juramento que el niño había sido deliberadamente torturado hasta la muerte.
Este salvajismo se realizó con el niño desnudo, luego su cuerpo fue lavado y vestido nuevamente ya que sus ropas no mostraban ni el más leve rastro de sangre. Por las huellas dejadas por un carruaje en las cercanías, se supo que había sido transportado en un carro tirado por dos caballos fuera de la ruta y colocado en un lugar conveniente. Desde allí el cuerpo fue trasladado un poco más lejos y arrojado a orillas de un pantano.
El caso fue investigado después de muchos años de pesquisas y de audiencias
el crimen fue resuelto Se arrestó a un gran número de judíos. Ellos eran Channa Zetlin, Slavka Berlin, Mírka Berlin (judías), Schifra Berlín, Jossel, Orlik, etc. (judíos). Tres mujeres rusas convertidas al judaísmo (Terentjeva, Maximova, Koslovskaja), hicieron una confesión en la que se establecieron los siguientes hechos:
el crimen fue resuelto Se arrestó a un gran número de judíos. Ellos eran Channa Zetlin, Slavka Berlin, Mírka Berlin (judías), Schifra Berlín, Jossel, Orlik, etc. (judíos). Tres mujeres rusas convertidas al judaísmo (Terentjeva, Maximova, Koslovskaja), hicieron una confesión en la que se establecieron los siguientes hechos:
Durante el gran ayuno de 1823, una semana antes del Pesach judío, la propietaria de una taberna, Channa Zetlin (los Zetlin eran judíos ricos y muy respetados en Welisch) hizo de manera que Terentjeva se embriagara, luego dio dinero a esta mujer rusa encargándole que trajera un pequeño niño. El día de Pascua Terentjeva encontró un niño apropiado cerca del puente que resultó ser Jemeljanov. Terentjeva llevó al niño a la casa de Channa Zetlin, quien los estaba esperando frente a ella. Luego Mirka Berlin (los Berlin eran también judíos influyentes que poseían gran cantidad de propiedades) se unió al grupo que llevó finalmente al niño a la habitación de Slavka donde ya estaban reunidos una gran cantidad de judíos. Momentos más tarde introdujeron al niño en una pequeña pieza.
El lunes de la semana siguiente la judía Channa sirvió vino a las otras dos mujeres dirigiéndose luego a lo de Berlin. Allí estaba Slavka Berlin acompañada por muchos judíos, y después de ofrecer vino a la concurrencia les pidió que echaran el cuerpo del niño al río esa misma noche. A continuación trajeron al niño lo desvistieron y lo pusieron sobre una mesa. Un judío realizó la circuncisión mientras que Schifra Berlin cortó sus uñas hasta que se viera la carne. En ese momento la mujer llamada Koslovskaía volvió de la taberna. Slavka la recibió en una habitación del frente, pero cuando se dio cuenta que la mujer había visto algo, la llevó al lugar donde estaban reunidos los demás en donde los judíos la amenazaron con hacerle lo mismo que al niño si llegaba a revelar algo de lo que estaba presenciando. Naturalmente juró callar. Los judíos comenzaron sus “encantamientos” en tanto que Terentjeva sostenía el niño sobre un recipiente y Maximova lo lavaba. Luego se le puso dentro de un barril cuya parte inferior era desmontable. Arriaron y cerraron bien el barril, y Jossel con la ayuda de Terentjeva lo hizo rodar por el piso. Luego todos los demás se unieron en la tarea tomando turnos de dos horas en esta operación que duró largo tiempo. El niño fue sacado presentando un color rojo subido como si hubiese sido escaldado (Esto concuerda completamente con el testimonio dado por el médico) Terentjeva lo envolvió en un lienzo y lo puso sobre la mesa; las tres mujeres se vistieron con ropas típicamente judías llevando luego el cuerpo del niño aun con vida a la escuela. Los judíos seguían detrás de ellas. Los judíos que ya estaban esperando en la escuela colocaron al niño dentro de una batea y ésta sobre una mesa. Terentjeva ató las piernas de la víctima debajo de las rodillas. En ese momento se le alcanzo un clavo largo y afilado dándosele la orden de clavarlo en la sien y en los costados. Cada uno de los judíos, uno después de otro hicieron lo mismo. Orlik dio vuelta al infortunado en todas las posiciones. Al principio gritaba desesperadamente luego calló mirando a todos con ojos enloquecidos y respirando con gran dificultad. Enseguida se desangró hasta morir entregando su alma.
Terentjeva y Maximova fueron las dos mujeres encargadas de llevar el cuerpo al bosque. Después de la partida de las mujeres, Jossel vertió un poco de sangre en una botella y le ordenó a Koslovskaja de llevársela a Slavka Berlin, quedando el resto en la batea, y en el colegio. Cuando Terentjeva y Maximova volvieron del bosque, se encontraron con Jossel y otro judío que viajaban en un carruaje tirado por dos caballos. (Siete testigos declararon bajo juramento haber visto el carruaje ir en esa dirección y volver a la madrugada). Habían ido allí para vigilar a las mujeres. Jossel se bajó e inspeccionó el lugar donde habían escondido el cuerpo. Una vez cumplida esta tarea volvieron al pueblo. Mirka trató de embriagar a las mujeres, Slavka les dio dinero advirtiéndoles que nadie debía saber lo que había sucedido, porque los judíos negarían todo y sólo ellas quedarían como culpables. Al día siguiente, Fratka, la esposa del rabino Orlik le dio a beber una copa de cognac a Terentjeva, la vistió con ropas judías, llevándola luego a la escuela en donde estaban reunidos los mismos judíos del día anterior juntamente con Koslovskaja. La batea conteniendo la sangre estaba aún sobre la mesa, así como dos botellas vacías. (Una tercera botella ya había sido llevada a Slavka Berlin). Channa Zetlin llegó con Maximova quien trajo otra botella más, un embudo y una jarra. Terentjeva removió la sangre con una pequeña espátula y Jossel la vertió en las botellas. Se remojó un pedazo de tela en el excedente de sangre. Jossel lo cortó en pequeños pedazos. (Orlik mojó su dedo en la sangre y dibujó varios figuras sobre cada pedazo de tela). A cada persona presente se le dio uno de los pedazos, incluyendo a las tres mujeres judías. Finalmente se fueron todos.
Este juicio fue llevado ante el Consejo Imperial de San Petersburgo. En todas las instancias previas se había resuelto que los judíos eran culpables, pese a ello, el Consejo Imperial hizo exactamente lo contrario. El 18 de enero de 1835 sentenciaron a las tres mujeres con exilio en Siberia, en tanto que los judíos fueron liberados. El judaísmo devolvió el favor al gobierno que había sido complaciente, 82 años más tarde. Destronó a la casa de los Romanov, estableció el bolchevismo, y cometió crímenes en masa, torturas en masa, y asesinatos rituales en masa de tan horripilante índole, que todos los anteriores (aun incluyendo la tortura y muerte de Feodor Jemeljanov), en comparación, parecen hechos de poca monta.
La posición de Streicher en Alemania durante la guerra nunca fue alta, nunca desempeñó un puesto de gobierno;en 1940 había sido relevado como Gauleiter de Franconia (una división administrativa),
y cuando fue arrestado en 1945 , desde hacía 5 años se hallaba completamente al margen de la actividad política, prueba de ello es que vivía en una granja desde aquella fecha. Sin embargo, fue arrastrado y ubicado en el mismo grupo con los hombres más altos del Estado Alemán y procesado con ellos como “criminal de guerra” de primera magnitud.
Winston Churchill para complacer al judaísmo mundial, proclamó que Streicher debía ser ejecutado sin juicio.
¿Por qué? Por la sencilla razón de que Julius Streicher exhibía crudamente la naturaleza corrupta y perversa del judaísmo internacional: ¡Julius Streicher no evitó nada a sus lectores!. Tanto los hábitos sexuales totalmente enfermos y retorcidos del “Pueblo Elegido”, como la perversidad aplicada sobre los descuidados gentiles por médicos judíos, hasta el crimen infernal del Asesinato Ritual de niños y adolescentes. Streicher lo publicó todo ¡y probó cada palabra que dijo! ganando así el eterno odio de los judíos.
En los Procesos de Núremberg, Streicher fue acusado por “crímenes contra la humanidad”. Las palabras exactas del cargo contra él fueron: “… por sus 25 años de escribir, hablar y predicar odio hacia los judíos, entraña claramente persecución en el terreno político y racial en conexión con los crímenes de guerra, como lo define la carta, constituyendo un crimen contra la humanidad”. Cuando Streicher fue traído ante sus acusadores, los asesinos en masa de Katyn y los responsables del bombardeo de Dresde (que ocasionaron la muerte de 300.000 personas en tan solo 3 horas), con gran desprecio y sarcasmo se burló: “¡Es la Fiesta del Purim 1946! El Judaísmo mundial controla este juicio. Es algo diabólico ver cómo el mundo judío ha concentrado su poder para realizar este juicio”.
En la mañana del 15 de octubre de 1946, Julius Streicher de 60 años, golpeado y torturado, fue llevado a la horca que se había levantado en el sitio del Palacio de “Justicia” de Núremberg y colgado por el verdugo judío John Woods.
Lo que lamentablemente Julius Streicher desconocía era que, no solamente el propio Hitler era judío, sino que ni tan siquiera Hitler fue hallado “muerto” ni que era quien decía ser, es decir, Adolf Hitler, pues este fue tan solo uno de los 3 nombres para la misma persona, gracias a las investigaciones en biométrica realizadas por Wellaware1.com.
Les presentamos a una persona muy poco conocida y que “curiosamente” desapareció de la escena porque se “suicidó”. Se trata de Kermit Roosevelt ( “10 de Octubre de 1889 – 4 Junio de 1943″)
Fue uno de los hijos del judio Theodore Roosevelt (presidente de EEUU de 1901 a 1909). A continuación verán una foto de Adolf Hitler en una pose semejante a la de Kermit Roosevelt.
Como se puede apreciar no solo hay una gran semejanza, sino que es la misma persona. Observemos una composición de ambos retratos juntos.
Pero aquí no queda la cosa pues, tras el “suicidio” (nuevamente) de Hitler (Kermit), surgió otro personaje en EEUU, esta vez llamado Walter Elias Disney.
El gran secreto de Disney no es que esté “congelado” esperando ser resucitado, sino que era el mismísimo judío Kermit Roosevelt, alias Adolf Hitler.
Una composición diferente con sus fotos y sus alias. Esta táctica no es nueva, es habitual como habrán podido comprobar en el artículo “ASESINATO” RITUAL o MONTAJE CABALÍSTICO: SANDY HOOK (CONNECTICUT) 14/12/2012“
Julius Streicher fue hábilmente utilizado por Kermit Roosevelt (Hitler, Disney) para hacer creer el cuento de la persecución de los judíos, cuando lo que realmente hizo Kermit (Hitler) fue protegerlos al máximo en los campos de “concentración” a fin de salvar al máximo número de ellos a excepción de aquellos que, a 3 meses de finalizar la guerra y tras los últimos bombardeos y la consecuente rotura de las vías que permitían la llegada de víveres y medicamentos, por parte de los aliados (las familias judías Rockefeller & Rothschild, entre otras) fueron dejados a su suerte (enfermos de tifus en su mayoría), para perpetuar y dar “credibilidad” a la farsa del Holocausto, el cual permitiría la culminación de la declaración Balfour en 1917, y la instauración de la Unión Europea, algo ya descrito en el Plan Kalergi, como parte de la agenda del Nuevo Orden Mundial Judío, conocido por ellos como el reino mesiánico.
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