(1) Esto es lo que he oído. Una
mañana, cuando el Buddha estaba cerca de Shravasti, en el bosque de
Jeta, en el estado de Anathapindika, Él y Su congregación de mil
doscientos cincuenta monjes fueron a la ciudad para mendigar el
desayuno; cuando regresaron y terminaron de comer guardaron las
túnicas y los cuencos y se lavaron los pies. Entonces el Buddha tomó
Su asiento y los demás se sentaron ante él.
(2) De entre la asamblea se
levantó el Venerable Subhuti. Se desnudó el hombro derecho, se
arrodilló sobre su rodilla derecha, y juntando las palmas de las
manos se inclinó ante el Buddha. "¡Señor! -dijo- ¡Tathagata!
¡Honorado-por-todo-el-mundo! ¡Qué maravilloso es que seamos
protegidos e instruidos por Su misericordia! Señor, cuando hombres y
mujeres anuncian su deseo de seguir el Camino del Bodhisattva, y nos
preguntan cómo deberían proceder, ¿qué deberíamos decirles?"
(3) "¡Bien Subhuti!
-contestó el Buddha- cuando alguien dice, '¡Quiero seguir el Camino
del Bodhisattva porque quiero salvar a todos los seres; sin
importarme que sean criaturas que hayan sido formadas en un útero o
incubadas en un huevo; que sus ciclos vitales sean tan observables
como el de los gusanos, insectos o mariposas, o que aparezcan tan
milagrosamente como las setas o los dioses; que sean capaces de
pensamientos profundos, o de ningún tipo de pensamientos; hago el
voto de conducir a cada uno de los seres al Nirvana; y hasta que no
estén todos allí seguros, no recogeré mi recompensa y entraré en
el Nirvana.!' entonces, Subbhuti, debes recordar como
uno-que-ha-tomado-los-votos, que incluso si tal incontable número de
seres fueran liberados, en realidad ningún ser habría sido
liberado. Un Bodhisattva no se aferra a la ilusión de una
individualidad separada, una entidad egótica o una identificación
personal. En realidad no hay "yo" que libere, ni "ellos"
que sean liberados.
(4) "Además, Subhuti, un
Bodhisattva debe estar liberado de todo deseo, ya sea de ver, oir,
oler, tocar o gustar algo, o de conducir multitudes hacia la
iluminación. Un Bodhisattva no alberga ambición. Su amor es
infinito y no puede ser limitado por las ataduras personales o las
ambiciones. Cuando el amor es infinito sus méritos son
incalculables.
"Dime Subhuti, ¿puedes medir el
cielo oriental?"
"No, Señor, no puedo."
"¿Puedes medir el espacio que se extiende hacia el sur, el oeste, el norte, o hacia arriba o abajo?"
"No, Señor, no puedo."
"Tampoco puedes medir los méritos de un Bodhisattva que ama, trabaja y da sin deseo o ambición. Los Bodhisattvas deberían prestar una atención particular a esta enseñanza."
"No, Señor, no puedo."
"¿Puedes medir el espacio que se extiende hacia el sur, el oeste, el norte, o hacia arriba o abajo?"
"No, Señor, no puedo."
"Tampoco puedes medir los méritos de un Bodhisattva que ama, trabaja y da sin deseo o ambición. Los Bodhisattvas deberían prestar una atención particular a esta enseñanza."
(5) "Subhuti, ¿qué piensas?
¿Es posible describir al Tathagata? ¿Puede ser reconocido mediante
características materiales?"
"No, Señor, no es posible someter
al Tathagata a diferenciaciones o comparaciones."
Entonces dijo el Señor, "Subhuti,
en el fraude del Samsara todas las cosas son distintamente
consideradas o atribuidas, pero en la verdad del Nirvana ninguna
diferenciación es posible. No se puede describir al Tathagata.
"Aquel que comprende que todas las
cualidades no son de hecho cualidades determinadas, percibe al
Tathagata."
(6) Subhuti le preguntó al
Buddha, "Honorado-por-todo-el-mundo, ¿habrá siempre hombres
que comprendan esta enseñanza?"
El Señor respondió, "Subhuti,
¡nunca lo dudes! Siempre habrá Bodhisattvas virtuosos y sabios; y
en los eones que vienen, estos Bodhisattvas echarán su raices de
mérito bajo muchos árboles Bodhi. Recibirán esta enseñanza y
responderán con fe serena, siempre habrá Buddhas que los inspiren.
El Tathagata los verá y reconocerá con Su ojo-Búdico, ya que en
estos Bodhisattvas no habrá obstrucciones, ni percepción de un yo
individual, ni percepción de un ser separado, ni percepción de un
alma, ni percepción de una persona. Y estos Bodhisattvas no
considerarán las cosas como si fueran contenedores de cualidades
intrínsecas, ni como si estuvieran desprovistas de cualidades
intrínsecas. Tampoco discriminarán entre bien y mal. La
discriminación entre conducta virtuosa y no virtuosa debe utilizarse
al igual que una balsa. Una vez que lleva a
uno-que-cruza-la-corriente hasta la otra orilla se abandona.
(7) "Dime Subhuti, ¿ha
logrado el Tathagata la Iluminación Perfecta que Trasciende las
Comparaciones? De ser así, ¿hay algo sobre ella que el Tathagata
pueda enseñar?
Subhuti respondió, "Tal como
entiendo la enseñanza, la Iluminación Perfecta que Trasciende las
Comparaciones no puede ser alcanzada ni atrapada, como tampoco puede
ser enseñada. ¿Por qué? Porque el Tathagata ha dicho que la Verdad
no es una cosa que pueda ser diferenciada o contenida, y por lo
tanto, la Verdad no puede ser atrapada ni expresada. La Verdad ni es
ni no es.
(8) Entonces el Señor preguntó,
"Si alguien llenara tres mil galaxias con los siete tesoros
-oro, plata, lapislázuli, cristal, perlas rojas y cornalina- y lo
diera todo como regalos de caridad, ¿obtendría mucho mérito?"
Subhuti respondió, "Señor, en
efecto adquirirá gran mértio, aunque en verdad, no tiene una
existencia separada a la que el mérito pueda acumularse."
Entonces dijo el Buddha, "Suponte
que alguien haya comprendido solamente cuatro líneas de nuestro
Discurso, pero a pesar de eso se ve movido a explicárselas a otro;
entonces, Subhuti, su mérito será mayor que el de aquel que pratica
la caridad. ¿Por qué? ¡Porque este Discurso puede producir
Buddhas! ¡Este Discurso revela la Iluminación Perfecta que
Transciende las Comparaciones!"
(9) "Dime, Subhuti, ¿un
discípulo que comienza a cruzar la Corriente se dirá a sí mismo,
'soy merecedor de los honores y recompensas de
uno-que-entra-en-la-Corriente'?"
"No, Señor. Un verdadero
uno-que-entra-en-la-Corriente no pensará en sí mismo como una
entidad egótica separada que pueda ser digna de algo. Solo se puede
decir que verdaderamente ha entrado en la Corriente aquel discípulo
que no diferencia entre él mismo y los demás, que no toma en
consideración nombre, forma, sonido, olor, gusto, tacto, o cualquier
otra cualidad."
"¿Un adepto que está sujeto a tan
solo un renacimiento más se dirá a sí mismo, 'soy merecedor de los
honores y recompensas de uno-que-solo-va-a-renacer-una-vez'?"
"No, Señor.
'Uno-que-solo-va-a-renacer-una-vez' es tan solo un nombre. No hay
dejar de existir, tampoco comenzar a ser. Solo se puede llamar adepto
a alguien que haya comprendido esto."
"¿Un Venerable que no volverá a
renacer como mortal se dirá a sí mismo, 'soy merecedor de los
honores y recompensas de uno-que-no-va-a-volver.'?"
"No, Honorado-por-todo-el-mundo.
'Uno-que-no-va-a-volver' es tan solo un nombre. No hay retorno ni no
retorno."
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