En
milenarios textos
sánscritos
encontramos sorprendentes relatos que
hacen
referencia directa a diversos portentos tecnológicos.
En
los capítulos 168, 169 y 173 del Vanaparvan (parte
del Mahabharata) se describe del siguiente modo la batalla entre el
divino Arjuna y los asuras (o demonios):
"Arjuna
ascendió al cielo para obtener de los seres celestiales armas
divinas y aprender su manejo. En el curso de dicha estancia, lndra,
señor del cielo, exigió a Arjuna que destruyera todo el ejército
de los asuras. Estos treinta millones de demonios vivían en
fortalezas situadas en las profundidades de los mares. lndra, señor
del cielo, cedió a este efecto su propia nave espacial a Arjuna,
pilotada por su diestro ayudante Matali. Dicha nave también era
capaz de moverse bajo el agua. En la encarnizada batalla que siguió,
los asuras provocaron lluvias diluviales, pero Arjuna les opuso una
arma divina, que logró disecar todo el agua. Los asuras fueron
vencidos, y tras la batalla Arjuna descendió a las ciudades de los
vencidos demonios. Quedó fascinado por la belleza y el lujo de las
ciudades submarinas. Arjuna preguntó a Matali acerca de la historia
de tales ciudades, y se enteró de que originalmente habían sido
construidas por los dioses para su uso particular."
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la lectura en:
En
el capítulo 102 del Vanaparvan puede leerse, además, que los asuras
habían emergido
de sus ciudades subterráneas, importunando por igual a humanos y
dioses. Cuando Arjuna regresó al cielo con su indestructible
vehículo volador anfibio, descubrió una maravillosa ciudad que se
movía sobre su propio eje en medio del espacio. La visión debió de
ser cautivadora:
"La
ciudad aparecía radiante, bella, llena de edificios, árboles y
cascadas de agua.
Poseía cuatro accesos, guardados todos ellos por vigías provistos
de las más diversas armas”. Arjuna
se informó acerca del origen de este magnífico conjunto celestial,
y Matali
le informó que Brahma personalmente había construido esa ciudad
rodadora celestial, Ilamada Hiranyapura (Ciudad dorada). Puesto que
dos influyentes mujeres asuras, Puloma y Kalaka, habían hecho
penitencia durante mil años, el creador todopoderoso, Brahma, había
permitido a los asuras habitar en dicha ciudad. Pero los asuras
se fueron instalando y expandiendo en la ciudad, apartando de ella a
los dioses.
"Se
desencadenó una terrible batalla, en el curso de la cual la ciudad
espacial fue
violentamente lanzada a los aires, y luego de nuevo en dirección a
la tierra, zarandeada de un lado a otro, sumergiéndose incluso a las
profundidades marinas. Transcurrido ya mucho tiempo el combate,
Arjuna disparó un proyectil mortal que destruyó la ciudad entera en
mil pedazos, dejando caer los fragmentos sobre la tierra. Los asuras
supervivientes salieron de entre las ruinas y siguieron combatiendo
duramente. Pero Arjuna dio fin a la batalla con ayuda de la poderosa
Pasupata. Todos los asuras quedaron aniquilados. lndra y los demás
dioses celebraron a Arjuna como héroe”.
"La
ciudad espacial de Indra permanecía permanentemente en el espacio.
Estaba construida enteramente de metales y contenía edificios,
viviendas y plantas. Las entradas eran tan anchas, que pequeños
objetos voladores podían penetrar por ellas. La sala de reuniones de
Yama tenía una longitud de 750 kilómetros, estaba construida de
forma parecida, y provista de todas las instalaciones para una vida
cómoda. Estaba rodeada de una pared blanca, que producía destellos
cuando se desplazaba el vehículo por el firmamento. La sala de
Varuna se encontraba bajo el agua y se movía libremente en las
profundidades de los océanos. Tampoco aquí faltaban las comodidades
de una vida lujosa. La sala de reuniones de Kuvera era la más
hermosa de todo el universo. Medía 550 por 800 kilómetros, pendía
libremente en el aire, y en su interior se encontraban palacios
dorados. Pero el lugar de reuniones más fenomenal era el de Brahma.
Era la de más difícil acceso y constituía un verdadero panorama
cuando avanzaba por el universo. Incluso el Sol y la luna
empalidecían a su lado."
Colonia espacial de
Gerard O´Neill - NASA
Mientras que las referencias a ciudades submarinas parecen completamente realistas, teniendo en cuenta la técnica actual, la descripción de gigantescas ciudades espaciales nos parece totalmente fantástica. Desde el punto de vista del científico solo puedo constatar que en los citados libros del Mahabharata se describen por lo menos cinco de tales ciudades. Todas ellas construidas por técnicos y capaces de permanecer años enteros en el aire. Estaban provistas de todas las comodidades, pero también de temibles armas. Para mi y para mis colegas no existe duda alguna de que el termino sánscrito sabha significa inequívocamente "reunión de personas". Pero resulta que en los textos sagrados, esta "reunión de personas" queda ubicada en el espacio exterior y citada en conexión con las divinidades celestiales. Tales salas rotadoras de reunión no se encontraban, con toda seguridad, en la tierra. Aún eliminando todas las exageraciones de las narraciones épicas, queda el hecho de que aparte de las máquinas voladoras (vimana), el Mahabharata cita también objetos voladores artificiales de dimensiones gigantescas.
Mientras que las referencias a ciudades submarinas parecen completamente realistas, teniendo en cuenta la técnica actual, la descripción de gigantescas ciudades espaciales nos parece totalmente fantástica. Desde el punto de vista del científico solo puedo constatar que en los citados libros del Mahabharata se describen por lo menos cinco de tales ciudades. Todas ellas construidas por técnicos y capaces de permanecer años enteros en el aire. Estaban provistas de todas las comodidades, pero también de temibles armas. Para mi y para mis colegas no existe duda alguna de que el termino sánscrito sabha significa inequívocamente "reunión de personas". Pero resulta que en los textos sagrados, esta "reunión de personas" queda ubicada en el espacio exterior y citada en conexión con las divinidades celestiales. Tales salas rotadoras de reunión no se encontraban, con toda seguridad, en la tierra. Aún eliminando todas las exageraciones de las narraciones épicas, queda el hecho de que aparte de las máquinas voladoras (vimana), el Mahabharata cita también objetos voladores artificiales de dimensiones gigantescas.
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