lunes, 30 de abril de 2012

¿ QUÉ ES EL SECRETO ?

Probablemente te estés preguntando ¿ qué es el secreto ?
Te explicaré como lo entiendo yo.
Todos trabajamos con un poder infinito. Todos nos guiamos por las mismas leyes.
Las leyes naturales del Universo son tan exactas que ni tan siquiera tenemos problemas para construir naves espaciales, podemos enviar personas a la Luna y
programar el alunizaje con una precisión de una fracción de segundo.
Dondequiera que estemos, India,Australia, Londres, Toronto, todos trabajamos con el mismo poder.
Una sola  Ley " La Atracción "
" El Secreto es la Ley de Atracción "
Todo lo que llega a tu vida es porqué tu lo has atraído. Y lo has atraído por la imágenes que tienes
en tu mente.
Es lo que piensas. Todo lo que piensas lo atraes.
     
    Bob Proctor.

miércoles, 25 de abril de 2012

NADA DE LAMENTOS

El viento del sur marchitó la rosa alabada por el canto del ruiseñor:
¿ Debemos llorar por ella o por nosotros?
Cuando la muerte marchite nuestras mejillas. otras rosas florecerán.
Olvida que ayer no te recompensaron como debías.
Sé feliz.
Nada lamentes.
Nada eches de menos.
Lo que debe ocurrirte está escrito en el Libro que hojea, al azar, el viento de la Eternidad.

         Omar Khayyam.

lunes, 23 de abril de 2012

VIOLENCIA POLITICA


Se repiten los casos en que el poder político ha descargado su furia contra las mujeres musulmanas, amparándose en las leyes divinas

Fue un caso de violencia política lo que dio origen a la conmemoración del 25 de noviembre como día internacional de la no violencia contra la mujer. En efecto, el asesinato a golpes de bate de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal en República Dominicana por encargo y bajo la dictadura de Trujillo despertó la conciencia de la opinión pública y se convirtió en el punto de partida de la caída del dictador. El crimen de las hermanas Mirabal, activistas políticas, fue un crimen de Estado.
Lo personal es político. Esta afirmación, más bien una sentencia, se ratifica en el caso de muchas mujeres que se han vuelto activistas y han descubierto su poder como agentes de cambio, cuando el poder público ha quebrado la paz de la esfera privada, motivándolas a hacer de su voz, la voz del pueblo. Es un hecho de violencia – en sentido amplio- lo que empuja a las mujeres a la calle.
Si bien la violencia contra la mujer es estructural, quiero referirme en esta ocasión a la violencia que se ejerce contra las mujeres de parte del aparato estatal -legitimado o no- por razones de conciencia, activismo político o ejercicio de la libertad de expresión.
La violencia política es una forma de relacionarse presente en toda sociedad. Tiene que ver con el uso de la fuerza para doblegar la voluntad del que se considera adversario o promotor de una forma dada de orden social, de tal manera de quebrantar sus deseos e intenciones. Asume diferentes formas, puede venir desde distintos actores sociales. Sus acciones más recurridas son la tortura, el secuestro con resultado de desaparición o muerte, la prisión por razones políticas, el magnicidio, el apartheid y el terrorismo de Estado.
Los países que se llaman a sí mismos islámicos, queriendo convencer con ello que siguen la reglas reveladas por el Corán y registradas por la Sunnah, no escapan a la realidad de la violencia política contra las mujeres.
 Las Mujeres saben de qué se trata
Son muchos los casos en que el poder gubernamental ha descargado su furia con mayor o menos sofisticación contra las mujeres musulmanas, amparando su brutalidad en las leyes divinas. Al hablar de violencia política en los países islámicos, las mujeres saben bien de que se trata.
En Irán, lo saben, por ejemplo, Shirin Ebadi, premio Nóbel de la Paz, quien fue destituida como jueza y a quien se le prohibió ejercer como abogada en Irán, debido a su manifiesta defensa de los Derechos Humanos y oposición a los abusos de la República Islámica.
La activista pro-derechos humanos Nasreen Afzali fue condenada por un tribunal en su país a seis meses de cárcel y diez latigazos, en ocasión de una marcha a favor de periodistas feministas que estaban siendo procesadas. Afzali fue encontrada culpable de “alterar el orden público por haber participado en una concentración ante el tribunal revolucionario de Teherán”.
También, Narges Mohammadi, presidenta ejecutiva del Centro para la Defensa de los Derechos Humanos de Irán, quien fue condenada a 11 años de prisión tras ser declarada culpable de “propaganda contra el sistema” y de pertenecer a un grupo “cuyo objetivo es perturbar la seguridad del país”.
Somayeh Tohidloo narró en su propio blog el dolor y humillación que sintió al recibir 50 latigazos en la Prisión de Evin. La razón de esta crueldad fue haber insultado en su blog al presidente Mahmud Ahmadineyad. Somayeh fue encarcelada cuando participaba en la campaña del opositor Mir Hussein Mousavi que denunció el fraude masivo en las elecciones presidenciales de 2009 .Fue liberada después de pagar una fianza de 200.000 dólares pero se le condenó a 50 latigazos.
Lo supo muy bien Haleh Sahabi, la hija del destacado disidente Ezatolá Sahabi, quien falleció de un infarto este año tras un altercado con las fuerzas de seguridad durante el funeral de su padre, al cual asistió gracias a un permiso especial de la prisión en la cual cumplía pena por razones políticas.
En Siria, lo supo Zainab Hosni, de 18 años, natural de Homs. Fue decapitada, mutilada e incluso le arrancaron la piel del cuerpo. Fue secuestrada en julio de este año por hombres sospechosos de pertenecer a las fuerzas de seguridad sirias, en un intento de presionar a su hermano Mohammad Deeb Hosni, un activista que también fue detenido y torturado.
En Marruecos, lo saben Zahra Boudkour e Ihlan Hasnouni, dos de las presas políticas más jóvenes del Reino Alauita. Zahra  fue liberada el 2010 y su caso saltó a la palestra no sólo porque era la única mujer del grupo sino porque fue sometida a vejaciones y torturas. Antes de ingresar en prisión permaneció cinco días en un sótano de la comisaría de la célebre plaza Jemaa el-Fnaa de Marrakech. Estuvo atada a un radiador y desnuda, según narró en noviembre de 2008 desde la cárcel de Boulmharez, en Marrakech.
Zahra tenía entonces la regla y el suelo de aquel calabozo estaba salpicado de sangre. Así la contemplaron los policías que la interrogaron y sus 17 compañeros de cautiverio de la comisaría. En las dependencias policiales "me golpearon también con una vara de hierro", recordaba desde la prisión. "Aquella comisaría fue un pequeño Guantánamo en versión árabe".
Hasnouni fue detenida por su participación en una protesta para pedir mejores servicios de alimentación en la Universidad. Una intoxicación provocada por alimentos en mal estado servidos a decenas de estudiantes que obligó a ingresar en hospitales a algunos de ellos. Los jóvenes se echaron a la calle, para exigir que la universidad se hiciese cargo de las facturas hospitalarias y se enfrentaron a las fuerzas del orden. La golpearon dándole patadas hasta que perdió el conocimiento.
En Egipto, lo saben Samira Ibrahim Mohamed y Salwa Hosseini, víctimas del abuso sexual llamado “test de virginidad” por parte de militares egipcios, con la intención de infligir un castigo aleccionador vinculado a una moral represora de la sexualidad femenina. También es posible –esperemos que no-  que lo sepa Aliaa El Ahmady, quien por publicar su foto desnuda arriesga un castigo de 80 latigazos.
En Arabia Saudita, el mal del apartheid de género es despiadado y las mujeres lo sufren de manera cotidiana. La mujer saudita no puede votar ni conducir vehículos. No puede recibir asistencia médica en un hospital ni viajar sin la autorización por escrito de un tutor masculino. No puede cursar los mismos estudios que le están permitidos al varón y está excluida de ciertas profesiones.
Que se les haya reconocido a las mujeres el derecho a votar es un avance, sin embargo, aún subsisten serias inequidades en el acceso a la justicia. No hay que olvidar a las víctimas de las atrocidades sauditas. En 2002, se incendió una escuela y murieron 15 alumnas. Los guardianes de la moral - un cuerpo policial- no las dejaron salir ni permitieron que los bomberos las rescataran porque las niñas no llevaban el manto negro ni el chal que toda mujer debe usar en público.
Recientemente, Shaima Jastaniya fue detenida por conducir su automóvil al hospital. Fue condenada a un ser salvajemente azotada. Si bien el Rey anuló la pena debido a las protestas globales, un tribunal local confirmó su sentencia. Mientras ella apela a la corte, los clérigos sauditas ultraconservadores pretenden hacer de ella un ejemplo para las otras mujeres.
Sin embargo, la comunidad internacional seguirá agasajando a sus representantes sin pronunciar una sola palabra recriminatoria y esto tiene una explicación fácil: ese reino está sentado sobre la mayor reserva petrolera del planeta. En palabras de Mona El Tahawy: “La explicación más difícil –la que muchos, demasiados, evitan– es que los sauditas han conseguido poner en un brete al mundo cuando atribuyen el maltrato de la mujer amparándose en motivos religiosos”.



Islam y Derechos Humanos
El Islam es una religión de paz. No hay nada en el Corán o en la Sunnah profética, en la doctrina o en la ética islámica que permita, estimule o justifique la violencia contra las mujeres en ninguna forma y bajo ninguna circunstancia. Aunque la idea que se tiene en occidente es que la violencia de género en estos países es producto de la religión, el reconocimiento a los Derechos Humanos para hombres y mujeres en un plano de igualdad, encuentra en el Corán su fuente original.
Existe una Declaración de los Derechos Humanos en el Islam (DDHI), también conocida como Declaración de El Cairo (1990).Es una declaración por parte de los estados miembros de la Organización de la Conferencia Islámica que proporciona una visión general de la perspectiva musulmana sobre los derechos humanos y fija la Sharia – ley islámica, en sentido general- como su fuente principal. La DCDHI declara que su objetivo es ser una guía para los estados miembros de la OCI en el campo de los derechos humanos. Generalmente, esta declaración se considera como homólogo y respuesta a la Declaración Universal de los Derechos Humanos redactada por Naciones Unidas en 1948.
Pero aún si esta Declaración no existiese, no comprometería en lo absoluto los derechos inalienables de la humanidad. En el Islam, todas las personas son profundamente iguales. Cada ser humano es por tanto parecido a sus semejantes; la humanidad forma una comunidad fraternal al servicio de un único Dios. En este contexto espiritual, el concepto islámico de unicidad es dominante y central; comprende necesariamente el concepto de unidad humana y la fraternidad entre los seres humanos.
Dice el Corán: “¡Creyentes! Sed íntegros ante Dios cuando practiquéis la justicia, que el odio a un pueblo enemigo no os incite a obrar injustamente. ¡Sed justos! Esto es lo más cercano al temor de Dios” (Corán, 5:8).
La vida es sagrada y no debe ser tomada ni atropellada sin razón. Cuando se viola el carácter sagrado de la vida humana matando a una persona sin causa justificada, el Sagrado Corán lo compara con la muerte de la humanidad entera. “(…) Aquel que matase a un apersona que no hubiera matado ni que haya corrompido en la tierra, es como si hubiera matado a toda la humanidad”.
Dijo el Profeta Muhammad (saw) que no hay diferencia entre un árabe y un extranjero (no árabe), entre un hombre y una mujer, entre un rico y un pobre excepto por la piedad, la conciencia de Dios. Aquella persona que se respete a sí misma, estará definitivamente en favor de la implementación y vigilancia de los Derechos Humanos.
El Islam no permite oprimir a nadie y menos aún a las mujeres, los niños, las personas mayores, los enfermos y los heridos. La castidad y el honor de las mujeres deben ser respetados en todas las circunstancias. Aquel que padece hambre debe ser alimentado, aquel que no tiene ropas debe ser vestido, los enfermos deben ser atendidos, sin importar si son musulmanes o no.
Los Derechos Humanos son conferidos por Dios y en consecuencia, ninguna asamblea legislativa del mundo, ningún gobierno en la tierra tiene derecho o autoridad de modificarlos o abrogarlos. Tampoco se trata de reconocer los derechos humanos fundamentales en papel y violarlos en la práctica cuando sea conveniente por razones políticas.
Algunos de los Derechos Humanos otorgados a hombres y mujeres en el Islam son: Las libertades individuales y presunción de inocencia, El derecho de protestar contra la tiranía, libertad de expresión, libertad de asociación, libertad de conciencia y convicción, protección de las libertades religiosas, protección contra el encarcelamiento arbitrario, igualdad ante la ley, principio de que los dirigentes no están por encima de la ley y el derecho de participar en los asuntos del Estado.
Queda claro.Las garantías llamadas constitucionales así como los Derechos Humanos están reconocidos en el Islam, no sólo para los musulmanes, sino para todas las personas más allá de las fronteras de la religión. El Islam ha establecido el marco de los Derechos Fundamentales y Universales para la humanidad entera, que deben ser observados y respetados, en todas las circunstancias.
La Postura del Feminismo Islámico
En el análisis de las fuentes originales del islam, ha encontrado el Feminismo Islámico su sentido y razón para abogar por la justa reivindicación de las mujeres dentro de la comunidad musulmana a todo nivel, exigiendo el reconocimiento de la igualdad de género, al decir de Laure Rodríguez “como un eje trasversal del Islam.." y elevar el estatus de las mujeres "..a ciudadanas de pleno derecho, en equilibrio con el género masculino”.
Para el Feminismo Islámico, la conciencia de que la igualdad de género es un valor irrenunciable impone la obligación de oponerse a los abusos que atenten contra ella. Como sostiene esta autora “Existen interpretaciones que privilegian actitudes patriarcales que no tienen su fundamento en el mensaje igualitario del Corán sino en la tergiversación de las lecturas desde una perspectiva patriarcal”.
Entonces, el problema no es Dios ni su mensaje, sino el Patriarcado y sus interpretaciones violentas, machistas, aberrantes e injustas acerca del mensaje divino; el Patriarcado y su falta total de respeto y misericordia;  el Patriarcado y su miedo a la justicia social, a la libertad de la humanidad y al potencial transformador que posee el género femenino.
Un Estado que se declara islámico, no puede utilizar la violencia política ni su autoridad de coerción de manera irrestricta .No es aceptable entonces que un gobierno islámico pueda ejercer algún tipo de violencia política o presión ilegítima sobre sus ciudadanas. Si lo hace es, entonces, un gobierno mentiroso, tirano y misógino, al usar la religión para apoyar sus crímenes contra las mujeres.
Para terminar, cuando recordamos a quienes lucharon y han visto su vida perdida o vulnerada en nombre de la justicia social y renovamos nuestro compromiso por la igualdad, la equidad y el término definitivo de la Violencia contra las mujeres en el mundo, son pertinentes las palabras de Yaratullah Monturiol, investigadora del Corán: “…tiene que establecerse el estatus igualitario y fraternal que nos enseñó el Islam hace más de catorce siglos. Para ello, las mujeres deben recuperar los espacios usurpados y el patriarcado debe perder su hegemonía por el bien común. Así que, quien esté gobernando necesita que el pueblo le recuerde diariamente, que ha de ser su humilde servidor y no al revés”.











viernes, 20 de abril de 2012

" GOCE SEXUAL BAJO LOS VELOS"


En Arabia Saudí, oscurantista y poderoso reino de la represión áraboislámica, siempre ha estado prohibido el día de san Valentín, que en cambio en Beirut es día de fiesta popular. Escaparates de almacenes y tiendas no sólo de barrios cristianos sino musulmanes, suníes y chiíes, se decoran los días previos con prendas de vestir rojas: blusas, medias, tangas y toda suerte de objetos de regalo con el color de la sangre.
En uno de los principados de la península arábiga, cuna del islam y bendecida con los yacimientos de petróleo, se encuentra Dubái, que pretende ser ejemplo de la cosmopolita ciudad globalizada del Golfo. Allí, una mujer, Widah Looth, ejerce de prominente consejera matrimonial del gobierno de la rica federación de los Emiratos Árabes. Con su libro Gran secreto. Guía sexual de las parejas casadas ha roto un tabú muy arraigado en esta sociedad árabe, sin poner en entredicho la moral del islam.
Pese a la apariencia puritana y ultraconsevadora de Looth, cubierta de la cabeza a los pies con un negro ropaje que sólo le deja libres los ojos, para "emular las mujeres del profeta Mahoma", como ella afirma, es una defensora del goce sexual en el ámbito permitido de la religión islámica; es decir, en el seno del matrimonio y excluyendo el sexo anal.
La consejera sentimental prepara un segundo y atrevido volumen en torno a la homosexualidad, considerada una enfermedad o vicio antinatura por gran parte de la población, que ya ha sido sometido a censura. En esta obra se ha propuesto exponer sus efectos sobre la institución matrimonial.
Desde hace decenios, es muy popular en la amplia y matizada sociedad islámica un opúsculo sobre el comportamiento que debe tener la mujer casada para complacer y colmar de gozo a su esposo, escrito nada menos que por el imán Jomeini.
Widah Looth expresa con franqueza sus opiniones teniendo muy en cuenta citar versículos del Corán, al afirmar, por ejemplo, que no hay que interpretar que el sexo esta relacionado sólo con la reproducción en el islam, excluyendo el goce y el placer de la carne.
Como consejera de asuntos matrimoniales en los tribunales de Dubái, donde no se tratan estas cuestiones públicamente, está convencida de que muchos de los problemas de las parejas casadas provienen de sus relaciones sexuales. Su libro, publicado en el 2009, provocó insultos y condenas e incluso amenazas de muerte.
Esta pionera del goce sexual intenta que las autoridades del emirato promuevan la educación sexual en las escuelas, empezando por la formación de los profesores y el conocimiento de los adultos.
Como ha escrito Yumana Hadad, poeta libanesa y editora de la revista El Yisim (el cuerpo) en su ensayo Sherezade, es frustrante ver cómo una sociedad que había vivido durante siglos en un ambiente de mayor libertad de costumbres, que había producido obras maestras de la literatura erótica, ha sido precipitada a esta hipócrita intransigencia, a esta brutal represión del placer del sexo.




lunes, 16 de abril de 2012

LA VISIÓN INTERIOR Y EXTERIOR

" El centro de la visión está situado entre las dos cejas, en medio de la frente.Cuando se abre, conseguimos la visión interior; vemos las formas y las imagenes interiores de las cosas y de las personas y empezamos a entender las cosas y las personas desde el interior, y no solo desde el exterior "
                                                                Sri Aurobindo

El hombre posee dos variedades de mirada; una externa y otra interna. La primera ve el mundo exterior; el ojo interno pertenece al cuerpo sutil y resulta necesario para el conocimiento de las fuerzas invisibles.

El ojo interior tiene su centro entre las cejas, normalmente este ojo suele estar dormido pero, por medio de la practica del Yoga, puede llegar a desarrollarse, la función del ojo interior es la de ver los objetos invisibles, las accciones y reaciones de las fuerzas: La visión del ojo interior aumenta la pefección del cuerpo y de su funcionamiento.

" Cuanto más sosegado está el espiritu, mejor es la visión "
                                                                  La Mère.

miércoles, 11 de abril de 2012

JESÚS EN EL ISLAM


Desde el momento en que un musulmán pronuncia el nombre de Isa o Jesús, está moralmente obligado a mostrar respeto a ese gran Profeta del Islam y lo hace pronunciando las siguientes palabras: "Aleihi Salam" (La Paz sea con él).De este modo, el Islam es la única religión que ubica a Jesús en el lugar que le corresponde.
En el Judaísmo, la personalidad santa de Jesús es desairada y deshonrada, ya que se refieren a él como un hijo ilegítimo de María. El Cristianismo, que se centra por completo en la persona de Jesús y llega al extremo de monopolizarlo, ha cometido igualmente injusticia con este importante Profeta de Dios.
Si tú describes a un hombre que en realidad no sólo no lo es sino que ni siquiera soñó con serlo, realmente lo estas rebajando.
Cuando a Jesús lo llamaron "Hijo de Dios" o "Dios", "Dios el Padre, Dios el Hijo", Jesús se lamentó amargamente. Sus discípulos dijeron "Estamos contentos de servir a Dios ya que el Profeta Isaías dijo: "En verdad tú eres un Dios escondido", y Dios le dijo a Moisés, su servidor: "yo soy el que soy"".
Jesús respondió: "Felipe, Dios es digno y sin él no hay nada digno: Dios es un ser sin quien nadie vive, tan grande que siente todo y está en todas partes. Sólo él no tiene igual, no tuvo principio ni tendrá fin, pero él le ha dado a todo un principio y un final. No tiene padre ni madre, ni tiene hijos, ni hermanos, ni compañeros. Y ya que Dios no tiene cuerpo, él no come, no duerme, no muere, no camina, no se mueve, pero habita eternamente sin semejanza humana ya que es incorpóreo, inmaterial, es de la más simple sustancia. Es tan bueno que sólo ama la bondad; es tan justo que cuando castiga o perdona no se le puede contradecir. En suma, digo sobre él -Felipe- que aquí en la tierra no podrás verlo ni conocerlo perfectamente pero en su reino lo verás por siempre: en donde se concita toda nuestra gloria y felicidad."
Felipe preguntó: "Maestro, ¿qué dices?. En Isaías está realmente escrito que Dios es nuestro padre, entonces, ¿cómo es que el no tiene hijos?". Jesús respondió: "Los Profetas han escrito muchas parábolas, de las cuáles no debes ver sus palabras sino entender su significado. Porque todos los profetas que fueron en total 114,000 los enviados por Dios, hablaban metafóricamente.
Pero después de mí llegará el Resplandor de todos los Profetas y los Santos y se hará la luz sobre las palabras oscuras que de ellos sabían porque él es el mensajero de Dios.".
Y habiendo dicho esto, Jesús suspiró y dijo: "Que haya misericordia sobre Israel. "Oh Señor Dios", y sé piadoso con Abraham y con su prole, de modo que puedan servirte con la verdad y el corazón".
Sus discípulos respondieron: "Amén (que así sea), Oh señor nuestro Dios".
Jesús dijo: "En verdad os digo que los escribas y los doctores han hecho caso omiso a las leyes de Dios con sus falsas profecías de los Profetas de Dios, por lo que Dios está enojado con la Casa de Israel y con sus generaciones de infieles.".
Sus discípulos lamentaron estas palabras.
Lo citado precedentemente, que fue extraído de los Evangelios de Bernabé, nos demuestra que los primeros cristianos denominaban a Jesús con un calificativo que no tenía.
Ninguna otra religión salvo la islámica, cree en Jesús. Es de acuerdo a estos antecedentes que procederemos a examinar la ubicación que Jesús tiene dentro del Islam.
Jesús en el Corán
Las fuentes más auténticas para conocer la imagen que el Islam tiene de Jesús y la posición que se le da, son el Corán y las obras literarias que se ocupan del tema. De acuerdo a estas fuentes, Isa o Jesús fue el primer y principal siervo de Dios (Abd-Allah), un profeta de Dios (Nabi-Allah) y un mensajero de Dios (Rasul-Allah). El nombre de su madre era María, es por esto que el Corán se refiere a él como Jesús hijo de María (Isa Ibn Maryam).
El nombre de Isa Ibn Maryam es usado 16 veces el el Corán, mientras que el nombre de Isa solamente en 9 oportunidades para enfatizar de esta manera la realidad, que fue el hijo de una casta, piadosa y virgen mujer.
María fue hija de Imran; esta familia fue descendiente del profeta Harun, el hermano del profeta Moisés. Por lo tanto los antepasados familiares fueron también grandes profetas de Dios. Pero, sin embargo el Islam los ubica a todos en un mismo nivel, sin distinciones de ninguna especie.
El Corán dedica un capítulo completo a María (Surat al Maryam: Cap. 19). El énfasis que encontramos en este capítulo tiene por propósito darle a María el respeto que le corresponde y refutar las inmorales calumnias o cargas en contra de la personalidad casta y piadosa con que los judíos la catalogaron.
El Corán narra la historia de toda la familia de María por considerarla noble y virtuosa. Por lo tanto, el lugar que ocupa María en el Islam es el de una dama noble, virtuosa y pura.
Notaremos que en le momento que se devela el Islam, había en la ciudad de Medina, tribus judías habituadas y prosperas. Estos judíos pensaban que Jesús y María eran dos personalidades vergonzantes.
El Capítulo 19 del Corán -como así también otros versículos-, nos demuestran concluyentemente que la propaganda judía era mentira. La idea no fue simplemente defender a María sino a la mujer en si misma. Ninguna mujer de buena conducta puede ser sujeto de calumniosas acusaciones. Esta es la razón por la cual el Corán castiga severamente "Al Qadhaf" (la difamación de una mujer virtuosa). Aparte de fustigar al criminal enjuiciándolo, será privado de su derecho cívico de prestar testimonio (Shahadah) mientras viva. El Corán califica a María como un mujer virtuosa y un orgullo para las mujeres, del mismo modo que describe a Jesús como un Profeta de Dios y la encarnación de la piedad y la nobleza.
El Corán hace mención de todo lo referente a ambos con el propósito de refutar la endiablada propaganda judía (Buhtanan Azima), tal como lo encontramos descrito en el Corán, Cap.4:156.
María no fue sólo de noble origen sino que también estuvo bajo el tutelaje del Profeta Zakariah (Zacarias), quien la vio crecer. El Corán sostiene además que fue purificada de sus pecados y purgada de toda impureza moral, por Dios nuestro Señor. ¿Cómo es posible entonces que los rabinos judíos y otros infieles insulten a tan virtuosa dama? (Corán 3:53).
"Jesús es a los ojos del altísimo un hombre como Adán. Dios lo creo del polvo y le dijo "Sé" y Adán fue"
(Corán 3:52)
La real grandeza de ambos reside en que ellos fueron líderes espirituales y le ejemplo de la humanidad. La diferencia entre el punto de vista islámico y la creencia que sostienen el judaísmo y el cristianismo con respecto a Adán, es de fundamental naturaleza. Para estos últimos, Adán es un pecador que fue arrojado del Paraíso; mientras que para el Islam él es el primer Profeta de Dios, el primer ser humano y el precursor de los profetas humanos. La ubicación de Jesús en el Islam es únicamente la de un ser humano (Bashar). un profeta de Dios (Nabi-Allah) y un mensajero de Dios (Rasul-Allah). El mismo profeta Jesús declaró.
"Dios dijo entonces a Jesús: ¿Has dicho alguna vez a los hombres: tomad por dioses a mí y a mi madre al lado del Dios único?."
"Por tu gloria, ¡no!, ¿cómo habría podido decir yo lo que no es cierto?. Si yo lo hubiese dicho, ¿no lo sabrías tú?. Tú sabes lo que hay en le fondo de mi alma y yo ignoro lo que hay en el fondo de la tuya, pues sólo tú conoces los secretos"
(Corán 5:116)
Creencias cristianas y judías
La teoría del mito cristiano es rechazada posteriormente por un escritor cristiano, Dr. J. Cadoux en su libro "Vida de Jesús" y lo hace con las siguientes palabras.
"...Por lo tanto, dirigiéndonos en los cuatro evangelios, a los principales documentos, si es que queremos llevar a cabo por completo esa simple reseña, que inclusive podemos coordinarlos con otras fuentes de información, encontramos material de calidad ampliamente diferente con respecto a la credibilidad. Tan trascendente es el elemento de incertidumbre que es tentador abandonarlo inmediatamente y declarar desahuciada la labor. La histórica inconsistencia e improbabilidades encontradas en algunas partes de los Evangelios forman algunos de los argumentos adelantados en favor de los mitos de la Teología Cristiana. Sin embargo, por otras consideraciones, estas inconsistencias son totalmente preponderantes. No obstante, las discrepancias e inseguridades que permanecen son serias -y, consecuentemente muchas recientes- que no tienen dudas, sin embargo, de la real existencia de Dios, atribuyen como desahuciado cualquier intento de distinguir la histórica verdad de las legendarias o místicas referencias que contienen los Evangelios, también la posibilidad de reconstruir la histórica misión de Jesús, separándolo de la historia" (P.P. 16-17).
Posteriormente el Sagrado Corán niega la divinidad de Jesús con las siguientes palabras:
"Aquellos que dicen que Cristo, hijo de María es Dios, son infieles. Respondedles:"¿Quién podrá contener el brazo del Todopoderoso, si él quisiera perder al Mesías, hijo de María, a su madre y a todos sus parientes?" "
(Corán 5:19)
"Dios es el soberano de los cielos y de la tierra y de la inmensidad de todo el espacio. El saca a su voluntad a los seres del abismo, porque su potencia es infinita"
(Corán 5:20)
Sobre las creencias cristianas y judías el Corán dice:
"Y dicen los judíos: Ezra es el hijo de Dios" y, los cristianos dicen: "El Mesías es el hijo de Dios".
De este modo están imitando a aquellos que descreen de Dios. Dios mismo lucha contra ellos, ¡qué perversos son!. Ellos han endiosado a rabinos, monjes y hasta al Mesías, hijo de María, siendo que les ordeno amar y adorar sólo a Dios. No existe nadie más bueno que él. Le atribuyen a Dios la misma gloria que a los otros. Si pudiesen destrozarían el brillo de Dios con sus bocas, pero Dios no lo permitirá, porque esa su Luz es perfecta, aunque los descreídos la detesten"
(Corán 5:19)
El Corán rechaza por completo el concepto de Trinidad:
"¡Oh, vosotros los que habéis recibido las escrituras!, no penséis en los límites de la fe: decid a Dios siempre la verdad , Jesús es el hijo de María, el enviado del Altísimo y su verbo. El lo ha hecho descender a las entrañas de María y él tiene su aliento. Creed en Dios y en sus apóstoles. No digáis que hay una Trinidad en Dios. El es único, esta creencia os será más ventajosa. Aún cuando tenga un hijo. él gobierna el cielo y la tierra. El se basta a sí mismo".
(Corán 4:169)



viernes, 6 de abril de 2012

DEL HOMBRE NOBLE


    DEL HOMBRE NOBLE
    Nuestro Señor dice en el Evangelio: “Un hombre noble viajó a un lejano país para ganarse un reino y volver después” . Con estas palabras nos indica Nuestro Señor toda la nobleza innata y natural del hombre, y hasta qué punto la gracia puede divinizarlo. Estas palabras también cubren gran parte de la Sagrada Escritura.
    Hay que saber por de pronto, lo que por otra parte nos enseña la Revelación, que hay en el hombre dos naturalezas: el cuerpo y el espíritu. Por eso en las Escrituras se dice: Quien se conoce a sí mismo conoce a todas las criaturas, porque todas las criaturas son un cuerpo o un espíritu. Así la Escritura, hablando del hombre, dice que hay en nosotros un hombre exterior, y un otro, el hombre interior.
    El hombre exterior se compone de todo lo que, aunque inherente al alma, está ligado y mezclado con la carne, y obra en cooperación corporal con cada miembro, ojo, oído, lengua, mano, etc. Y todo esto es lo que la Escritura llama el hombre viejo, el hombre terrestre, el hombre exterior, el hombre enemigo, el hombre esclavo.
    El otro hombre que hay en nosotros es el hombre interior; a éste la Escritura lo llama un hombre nuevo, un hombre celeste, un joven, un amigo, un hombre noble . De éste habla Nuestro Señor cuando dice que un hombre noble se fue al extranjero, se conquistó un reino, y volvió a su país. En ésto tenemos que pensar, cuando san Jerónimo nos trasmite la enseñanza común de los maestros: que todo hombre, por el hecho de ser hombre, posee un espíritu bueno, un ángel, y un espíritu malo, un demonio.
    El ángel bueno aconseja y atrae al hombre continuamente hacia lo bueno y lo divino, a lo virtuoso, celestial y eterno. El espíritu malvado aconseja y atrae sin cesar hacia lo temporal y perecedero, a lo que es pecador, malvado y diabólico. Este espíritu malvado está siempre cortejando al hombre exterior, por cuyo intermedio acecha constantemente al hombre, Adán.
    El hombre interior es Adán, el hombre en el alma. Éste es el árbol bueno del que habla Nuestro Señor, que siempre y sin interrupción da buenos frutos ; es también el campo donde Dios ha plantado su imagen y su semejanza, y donde arroja la buena semilla, la raíz de toda sabiduría, de todo arte, de toda virtud, de toda bondad, semilla de naturaleza divina. ¡Esta semilla es el Hijo de Dios, el Verbo de Dios!
    El hombre exterior le es hostil, y allí ha sembrado y arrojado la cizaña con maldad. De él dice s. Pablo: “Hay en mí algo que se opone y contraría lo que Dios manda y aconseja” , lo que Dios manda, lo que ha dicho y dice todavía en lo que hay de más noble, en el fondo del alma. En otro lugar se lamenta y dice: “¡Desgraciado de mí, oh infeliz! ¿quién me librará del cuerpo que me trae la muerte?” Y en otro pasaje escribe que el espíritu y la carne del hombre están siempre en lucha entre sí. La carne aconseja el vicio y el mal, el espíritu de Dios el amor de Dios, la paz, la alegría y todas las virtudes.
    Quien obedece al espíritu y vive según sus consejos posee la vida eterna; pero el que obedece a la carne, muere. El hombre interior es de quien Nuestro Señor dice que un hombre noble se fue a un país lejano; es también el buen árbol del que Dios dice que da siempre frutos buenos, y nunca malos; porque quiere el bien y busca el bien y está suspendido en el mismo bien, insensible a esto o a aquello. El hombre exterior es el árbol maligno que nunca puede dar buenos frutos.
    A propósito de la nobleza del hombre interior y espiritual, y de la vulgaridad del hombre exterior y carnal, los maestros paganos Cicerón y Séneca dicen así mismo que ningún alma racional está privada de Dios. La semilla de Dios está en nosotros. Si encontrara siempre un cultivador hábil y un jardinero diligente, crecería muy bien y subiría hasta Dios, de quién es la semilla, e igualmente su fruto se transformaría en una naturaleza de Dios.
    La semilla de pera se hace peral, y la de nuez nogal: ¡es la semilla de Dios que trepa hacia Dios! Pero si la semilla encuentra un sembrador y un cultivador locos y perversos, se mezcla la cizaña que cubre y ahoga la buena semilla, tanto que no puede ni ver la luz ni madurar.
    Pero un gran doctor, Orígenes, nos dice: “Como es Dios mismo el que ha sembrado en nosotros esta semilla, que la ha impreso en nosotros y nos la ha hecho connatural, podrá cubrírsela y escondérsela, pero nunca destruirla totalmente ni alcanzarla: sigue brillando y ardiendo sin cesar, luciente y resplandeciente, y sin cesar tiende a elevarse hacia Dios”.
    El primer grado del hombre interior, del hombre nuevo, como dice san Agustín, es que el hombre viva imitando a los hombres buenos y santos, pero camina todavía tomándose de sillas y paredes, y se nutre todavía de leche.
    El segundo grado, es cuando en vez de fijarse únicamente en modelos o en hombres buenos, corre y se apresura a las enseñanzas y consejos de Dios y de la Sabiduría divina, vuelve las espaldas a los hombres y el rostro a Dios, suelta la falda de su madre y sonríe a su Padre celeste.
    En el grado tercero, el hombre se sustrae más y más de la influencia de la madre, y se aleja siempre más del seno maternal, huye de las preocupaciones y rechaza todo temor. Aun cuando tendría la posibilidad de obrar el mal o de engañar a nadie sin recibir a cambie ningún castigo, sin embargo no lo desearía nunca: por el Amor, en efecto, está unido y confiado a Dios con celo constante, hasta que Dios lo haya puesto y establecido en la alegría y la dulzura, allá donde resiste a todo lo desemejante y extraño, todo lo que no conviene a Dios.
    En el grado cuarto, el hombre crece más y más, y hecha raíces en el amor de Dios, al punto de estar siempre dispuesto a asumir, de buena gana y corazón, ávidamente y con alegría, todo tipo de tribulaciones y pruebas, fastidios y penas.
    En el quinto grado, el hombre vive en paz siempre y en todo lugar, calmo y tranquilo en la riqueza y el gozo de la más alta e indecible Sabiduría.
    En el sexto grado, el hombre está despojado de sí mismo y se ha revestido de la eternidad de Dios, ha llegado a la perfección completa. Ha olvidado la vida del mundo con todo lo que tiene de perecedero. Ha sido arrastrado y transformado en una imagen divina: ha llegado a ser hijo de Dios. Y no hay otro grado, otro grado superior: sigue el reposo eterno, la beatitud. Porque el fin del hombre interior, del hombre nuevo, es la vida eterna.
    Sobre el tema del hombre interior, de este hombre noble, en el cual se ha impreso la imagen de Dios y sembrado la semilla de Dios, cómo esta semilla y esta imagen de la naturaleza divina y de la esencia divina, que son el Hijo mismo de Dios, se revelan y cómo se toma conciencia de ellas, cómo ocurre a veces que estén escondidas, todo ello el gran maestro Orígenes nos lo expone en una parábola: El Hijo de Dios, dice, imagen de Dios, es, en el fondo del alma, como una fuente de agua viva. Cuando se le echa tierra, es decir los deseos terrestres, queda recubierta y escondida hasta hacerse irreconocible y pasar desapercibida. Pero en sí misma tiene vida. No bien se le quite la tierra que cubre su superficie, reaparece y se la ve. Dice también que esta verdad está indicada en el primer libro de Moisés, donde está escrito que Abraham había cavado en su campo
      pozos de agua viva, pero que malintencionados lo habían tapado con tierra; pero sacada la tierra, las fuentes revivieron.
      Sobre el tema hay aún otras parábolas. El Sol brilla siempre; pero si una nube o una bruma viene a interponerse entre nosotros y el Sol, dejamos de ver su luz. Lo mismo el ojo, que cuando está enfermo y débil se le oculta la claridad. Inclusive yo a veces me he referido a una comparación sorprendente: cuando un artista crea una estatua de madera o piedra, no la introduce en la materia, antes al contrario quita los sobrantes que la escondían y cubrían. Nada agrega a la madera mas bien algo le quita: bajo el cincel cae todo lo exterior y se eliminan las rugosidades para que entonces pueda resplandecer lo que estaba oculto adentro. Tal el tesoro oculto en el campo, del que habla Nuestro Señor .
      Dice san Agustín, que cuando el alma del hombre se vuelve enteramente hacia la eternidad, allá arriba, hacia sólo Dios, la imagen de Dios se muestra en ella y brilla, pero cuando el alma se vuelve a lo exterior, inclusive en ejercicios de virtud, la imagen se esconde por completo. Por ello es que según san Pablo, las mujeres deben cubrirse la cabeza y los hombres tenerla descubierta ; porque la parte del alma que tiende hacia abajo busca el objeto hacia el que va: un velo, una mantilla; pero la otras parte del alma que se eleva, se desnuda para recibir la imagen de Dios y para que Dios se una a ella; Dios está sin velo y sin impedimento en el alma pura del hombre noble.
      Igualmente, la imagen de Dios, el Hijo de Dios, la semilla de la naturaleza divina, nunca se destruye en nosotros aunque pueda estar escondida. David dice en uno de sus salmos: “La verdadera luz brilla en las tinieblas aunque no se lo perciba .
      En el Cantar de los Cantares se dice: “No miréis que soy morena, porque soy bella y codiciable, es solo que el Sol me ha bronceado” . El Sol es la luz de este mundo: significa que todo lo que hay de más elevado, de mejor en la creación, recubre y descolora en nosotros la imagen de Dios. “Quita las escorias de la plata - dice Salomón -y brillará y lucirá el más puro vaso, la imagen de Dios en el alma .
      Es precisamente la intención de Nuestro Señor cuando dice que un hombre noble se fue. Es necesario en efecto que el hombre salga de todas las imágenes de si mismo, que se haga totalmente extraño y distinto de todas las cosas, si en verdad quiere venir a ser el Hijo de Dios y recibir la filiación en el seno y en el corazón del Padre. Porque toda mediación le es extraña a Dios.
      Dios dice: “Yo soy el Primero y el Ultimo” No hay ninguna diferencia ni en la naturaleza de Dios ni en las personas divinas, consideradas en la unidad de su naturaleza. La naturaleza divina es Unidad, y cada persona es igualmente Unidad, la misma Unidad que es su naturaleza. La distinción entre esencia y existencia está aquí reabsorbida en la Unidad: ambas son unidad e identidad. Solo cuando la Unidad deja de descansar en se misma llega a una distinción, y por tal destrucción actúa. Por eso es en la Unidad donde encontramos a Dios, y debe hacerse Unidad quienquiera encontrar a Dios. Nuestro Señor dice: “Un hombre se fue”. En lo que comporta destrucción no hay Unidad, ni Ser, ni Dios, ni reposo, ni felicidad, ni satisfacción. ¡Hazte unidad para que puedas encontrar a Dios! En verdad, si enteramente fueras unidad, seguirías siendo igualmente unidad en medio de la distinción, las distinciones serían unidad por ti y dejarían de ser obstáculo. La Unidad continua plenamente siendo unidad en miles de millares de piedras lo mismo que en cuatro, y un millar de miles es en verdad un número tan simple como cuatro.
      Un maestro pagano dice que la Unidad nació del Dios supremo. Su propiedad es ser unidad en la unidad. Quien busca esta unidad abajo de Dios se engaña a si mismo. El mismo maestro (a quien cito aquí por cuarta vez) destaca también que esta Unidad no se liga de amistad sino con espíritus vírgenes y castos. En fin, el mismo san Pablo dice: “Como vírgenes castas yo os he esposado con el Uno” Así es como el hombre debería estar unido al Uno, que no puede ser otra cosa que Dios.
      “Un hombre se fue” dice Nuestro Señor. ¡Un “hombre”! Si adoptamos el sentido apropiado de la voz latina, el término designa, al menos de acuerdo a cierta interpretación, a quien se somete enteramente a Dios, con todo lo que tiene, que eleva los ojos a Dios en vez de abatirlos a lo que posee y que sabe que está detrás y debajo suyo; tal es la perfecta, la verdadera humildad. Su nombre viene de la tierra (no diré más nada aquí). Pero la voz “hombre” significa igualmente algo que está por encima de la naturaleza y del tiempo, de todo lo que es espacio o materia, de todo lo que está sometido al tiempo y tiene el sabor de la inestabilidad, en tanto que espacial y corporal.
      Pero cuando el hombre ha progresado más todavía, nada tiene en común con la nada. En primer lugar, en el sentido de que no está formado según tal o cual modelo, que no se asemeja sino a la totalidad, que nada conoce de lo vacío y perecedero, que en él no se hay ni el menor rastro de la nada, que no se ve en él sino el ser puro, verdad, bondad. Y quien se ha constituido así, solo él, es un hombre noble, y nadie sino él.
      Hay otra forma de entender y enseñar lo que Nuestro Señor comprende por “hombre noble”. Hay que saber en efecto que los que conocen a Dios sin velos, conocen al mismo tiempo la criatura. Si el conocimiento es la luz del alma, hacia la cual todos los hombres naturalmente tienden, con seguridad no hay nada mejor. Conocer es un bien. Ahora bien, los maestros nos enseñan que cuando se conocen las criaturas tal como son en sí mismas - lo que yo llamaría conocimiento vespertino - no se ve la creación sino en imágenes diferenciadas. Pero cuando se conocen las criaturas en Dios - lo que llamaría conocimiento matutino - se ve a las criaturas sin la menor diferenciación, sin ninguna de las imágenes que las representan y sin semejanza con lo que sea, en la Unidad que es Dios mismo. Y así es lo que Nuestro Señor quiere decir cuando dice que un hombre noble se fue. Noble, porque es uno, y en la Unidad conoce tanto a Dios como a la criatura.
      Voy a interpretar todavía en otro sentido la doctrina del hombre noble, y digo ésto: cuando el hombre (alma, espíritu) ve a Dios, tiene conciencia de la visión e igualmente se conoce como siendo el que conoce; es decir que conoce su propia contemplación y su propio conocimiento de Dios. Ahora bien a algunos se les ha ocurrido - lo que parece completamente creíble - que la flor y el corazón de la beatitud reside en el conocimiento, cuando el hombre tiene conciencia de conocer a Dios. Podría yo, dicen, poseer todas las delicias del mundo sin darme cuenta, y ¿de qué me serviría, cómo serían delicias para mí?  No puedo adscribirme a esta forma de pensar. Fuera verdad que el alma no puede ser feliz si no tiene conciencia de su felicidad, no está allí la condición de la felicidad; porque el fundamento primero de la beatitud espiritual consiste en que el alma contemple a Dios sin velos; de allí le viene todo su ser y toda su vida; de allí obtiene el alma todo lo que ella es, en el fondo mismo de Dios, y nada sabe del saber ni nada del amor, ni nada en absoluto de ninguna cosa. Se calma enteramente en el Ser de Dios; todo lo que sabe es que está allí, y no conoce otra cosa sino a Dios. Si sin embargo toma conciencia de la visión de Dios, de su amor y de su saber, vedla que cae enseguida y que es rechazada al más alto grado de la jerarquía natural. Porque nadie sabe que es blanco si no lo es realmente. Tanto como quien se sabe blanco agrega ya una superestructura y añade algo a la esencia de su blancura; su saber, en efecto, no le viene sin mediación ni conciencia del color, pero el alma recibe este conocimiento y este saber de algo que es ahora blanco; no obtiene el conocimiento únicamente del color tal como es en si, sino que obtiene este conocimiento y este saber de algo que ha tenido color y se ha hecho blanco, y es así como se conoce como blanca. Saberse blanco es muy inferior y mucho más extrínseco que se blanco. La pared difiere totalmente de los fundamentos sobre los cuales está construida.
      Los maestros enseñan que una es la potencia por la que el ojo ve, y otra por la que sabe que ve. Lo primero, el hecho de ver, adviene al ojo pura y simplemente por el color, y no por aquello que posee el color. Poco importa pues que lo colorado sea una piedra o un leño, un hombre o un ángel: lo único que importa es que el objeto tenga color.
      Igualmente, digo yo, el hombre noble toma y obtiene todo el ser y toda la vida, toda su beatitud, únicamente de Dios, por Dios y sólo en Dios, pero no en el conocimiento, ;a contemplación y el amor de Dios, etc. Por ese muy bien dice Nuestro Señor que toda la vida eterna consiste únicamente en conocer a Dios como el único y verdadero Dios , y no en conocer que uno conoce a Dios. ¿Cómo podría el hombre conocer su conocimiento de Dios cuando ya ni se conoce él mismo! Una cosa es cierta: si el hombre llega a ser bienaventurado, si es bienaventurado hasta el fondo y la raíz de la beatitud, no se conoce más a si mismo y no conoce más nada; no conoce nada sino y solo a Dios. Pero desde el momento que el alma conoce que conoce a Dios, tiene conocimiento de Dios y de si misma. Ahora bien la potencia por la que el ojo ve es, como explique más arriba, una potencia distinta de aquella por la que el ojo sabe y reconoce que ve. Hay que agregar que por el momento y aquí abajo, la potencia que produce en nosotros la conciencia de nuestra visión es más noble y elevada que la potencia que produce la visión misma; porque la naturaleza comienza a obrar por más ínfimo. Pero Dios comienza su obra por lo más perfecto. La naturaleza hace salir el hombre del niño, y el pollo del huevo, pero Dios hace al hombre antes que al niño, y al pollo antes que al huevo. La naturaleza comienza por calentar y quemar el leño, y sólo después le hace arder. Pero Dios comienza por dar a toda criatura el ser, y sólo después, en el tiempo, pero a la vez fuera del tiempo y sin nada que pertenezca al tiempo, todas las propiedades que corresponden a su naturaleza corporal. Igualmente, dios da el Espíritu Santo antes de dar los dones del Espíritu Santo.
      Por eso digo yo ahora: Ciertamente, no hay beatitud sin que el hombre tome conciencia plena de que ve a Dios y que conoce a Dios, pero Dios no quiere de ninguna manera que tal sea el fundamento de la beatitud. Quien prefiera otra cosa que se las arregle como pueda; a mi me da pena. El calor del fuego y la esencia del fuego son dos cosas muy diferentes, es admirable ver cuánto estas realidades están alejadas una de la otra en la naturaleza, aunque en el tiempo y en el espacio estén muy próximas entre si. La vista de Dios y mi vista están totalmente alejadas y desemejantes entre sí.
      Por eso Nuestro Señor dice con toda propiedad que un hombre noble se fue a un país lejano para ganarse un reino y volver a su casa. Porque el hombre debe ser uno en si mismo; esta unidad, es necesario que la vaya a buscar en si mismo y en la Unidad; es necesario que la reciba en la Unidad y, en consecuencia, no debe contemplar sino solo a Dios. Luego tiene que “volver”, es decir saber y conocer que conoce a Dios, que sabe algo de El.
      Todo lo que yo digo aquí, ya lo había indicado el profeta Ezequiel con estas palabras: “Un águila poderosa de grandes alas de múltiples plumas vino a la montaña pura, atrapó el corazón y la médula del árbol más alto, arrebató la cima y la hizo caer” Aquel que Nuestro Señor llama hombre noble, el profeta lo llama grande águila. ¿Hay alguien más noble que aquel que ha nacida por lo más alto y mejor en la creación, por las entrañas de la naturaleza divina y de su soledad?
      Nuestro Señor dice por boca del profeta Oseas: “Conduciré a las almas nobles a un desierto y allí les hablaré al corazón” , la Unidad con la Unidad, la Unidad saliendo de la Unidad, la Unidad en la Unidad, y, en la Unidad, la Unidad eternamente!