sábado, 13 de octubre de 2012

LA BATALLA DE LOS ARBOLES

Las copas de las Hayas han retoñado
recientemente, se han cambiado y
renovado de su estado marchito.

Cuando el Haya prospera con hechizos y letanías, las copas de los Robles se
enmarañan y hay esperanza para los
árboles.

He despojado al Helecho, con el que
descubro todos los secretos, el viejo
Matb ap Matbonuy, no sabía más
que yo.

Con nueva clases de facultades,
Dios me ha dotado:
soy fruto de frutos recogidos
de nueve clases de árboles:

Ciruelo, membrillo,arándanos,morera,
frambuesa,peral,
cerezo negro y blanco,
con el serbo en mi participan.

Desde mi sede en Fefynedd
una ciudad que es fuerte,
observé los árboles y las cosas verdes
que se apresuraban.

Apartándose de la felicidad
se disponían a asumir
las formas de las principales
letras del alfabeto.

Los viajeros se asombraban,
los guerreros se espantaban
ante la renovación del conflictos
como los que causó Gwydion:

Bajo la raíz de la lengua,
una lucha sumamente terrible,
y otra furiosa
detrás, en la cabeza.

Loa Alisos de la primera fila
iniciaron la refriega.

El Sauce y el Fresno silvestre,
tardaron en ordenarse.

El Acebo,verde oscuro,
tomó una actitud resuelta:
está armado con muchas puntas de lanza,
que hieren la mano.

Con el pisotear del rápido Roble,
cielo y tierra resuenan:
" Recio Guardián de la Puerta "
es su nombre en todas las lenguas.

Grande era el árgoma en la batalla,
y la Hiedra en su flor,
el Avellano era el árbrito
en ese tiempo encantado.

Tosco y salvaje era el Abeto,
cruel el Fresno,
no se desvía la medida de un pie,
golpea directamente en el corazón.

El Abedul, aunque muy noble,
tardó mucho en armarse,
peo no fue por cobardía,
sino por su gran tamaño.

El Brezo consolaba,
a la gente exánime,
los Álamos de larga resistencia,
sufrían mucho en la lucha.

Algunos de ellos eran expulsados
del campo de batalla
a causa de los agujeros hechos en ellos,
por la fuerza del enemigo.

Muy airada estaba la vid,
cuyos secuaces son los Olmos,
yo la elogio mucho ante
los gobernantes de los reinos.

Fuertes caudillos eran el Endrino,
con su fruto nocivo,
el Espino blanco no amado
de naturaleza parecida.

La caña que persigue velozmente,
la Retama con su cría,
y la Hiniestra que no se comporto bien
hasta que la domaron.

El Tejo que desparrama dotes,
estaba malhumorado al margen de la lucha,
con el Saúco lento para arder,
entre fuegos que chamuscan.

Y la bendita Manzana Silvestre,
riendo de orgullo,
desde el Gorchan de Maelderw
junto a la roca.

Resguardados se quedan
el Ligustro y la Madreselva,
inexpertos en la batalla,
y el Pino cortesano.

Pero yo, aunque menospreciado,
porque no era grande,
combatí,árboles en vuestra formación
en el campo de Goddeu Bring

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